28 de mayo de 2012

El mal tiempo redujo la cantidad de visitantes, que en Santiago llegó a 112.815 personas.



La lluvia y el frío no impidió que desde temprano se pudiera ver a familias completas recorriendo las céntricas calles de la capital con paraguas y haciendo largas filas. El entusiasmo era evidente, pese a esto, la cifra parcial de los asistentes a los distintos edificios y actividades gratuitas preparadas por el Día del Patrimonio ayer en Santiago, se redujo respecto al año anterior, llegando a 112.815 personas, es decir, un 31,2% menos.
El Consejo de Monumentos Nacionales había planificado abrir 180 edificios patrimoniales en la capital. Sin embargo, la lluvia obligó a suspender 20 actividades.
Algo similar ocurrió en regiones donde el sistema frontal, que afectó al centro y sur del país, provocó la suspensión de numerosos circuitos, sobre todo aquellos programados al aire libre. En la Región del Biobío, de las 48 actividades organizadas a lo largo de la semana, 17 debieron postergarse.
Fue por esto y por el interés que despierta esta fecha en la población, que el gobierno anunció que fijará dos días más para volver a disfrutar de este evento en lo que resta del año: los domingos 26 de agosto y 2 de septiembre.
“En estos dos nuevos días se abrirán una vez más los edificios públicos de carácter patrimonial y las instituciones que se relacionan con esta celebración podrán programar sus actividades para que todo el mundo las disfrute”, sostuvo el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke.
Hasta la Alameda era posible ver los paraguas alineados de personas que desde las 10 de la mañana esperaban su turno para entrar a La Moneda y ver los diversos atractivos de este edificio construido por Joaquín Toesca.
Este año fueron 7.600 las personas que ingresaron a la casa de gobierno, casi el doble del año anterior, cuando llegaron 3.307 personas.
El atractivo fue el Ford Galaxy presidencial y el Papamóvil, apostados en los patios. Junto con ellos se pudo conocer los salones O’Higgins y Montt Varas, la capilla y los patios Los Naranjos y Los Cañones.
De ahí, la gente cruzaba la calle y se iba directo al Banco Central. La atracción del lugar fue el recién inaugurado Museo Numismático, donde se exhibe una selección de monedas y billetes que ilustran más de 250 años de historia, medallas conmemorativas de momentos históricos, billetes emitidos en el siglo XIX y algunos de los lingotes de oro de 12 kilos que aún posee el banco. Más de 2.300 personas visitaron el edificio, creado por el arquitecto Alberto Cruz Montt.
Ana María Saravia agradeció “a la lluvia” el haber podido conocer el banco, ya que las largas filas en años anteriores se lo habían impedido. Quedó impresionada con los lingotes de oro y con lo imponente de la estructura, que data de 1908.
La Plaza de Armas fue el epicentro de la celebración. Las personas que llegaron al lugar disfrutaron de la habitual exposición de autos antiguos, en la que sus dueños se vistieron con atuendos de la época; un tren patrimonial que ofrecía recorridos gratuitos, la representación de un cabildo abierto y la recreación de un baile aristocrático en la Municipalidad de Santiago.
Fuente: La tercera