18 de julio de 2012

Los libros digitales revelan los hábitos de sus usuarios


La lectura dejó de ser un acto privado e íntimo. Por lo menos para aquellos que tienen dispositivos electrónicos, como el Kindle de Amazon.
Al encender el aparato y comenzar a leer, el dispositivo recaba datos sobre los hábitos de lectura del usuario. En silencio, reúne toda esa información y la transmite a los servidores del fabricante.

Así, por ejemplo, fue posible determinar que los propietarios del lector Kobo leían en siete horas el último libro de la trilogía "Juegos del hambre", de Suzanne Collins. Esto es 57 páginas electrónicas por hora.
También se pudo determinar que más de 18 mil propietarios del Kindle subrayaron electrónicamente la frase "Porque a veces a las personas les pasan cosas y no están preparadas para lidiar con ellas", que se encuentra en el segundo libro de esa trilogía.
Las herramientas digitales están permitiendo a la industria editorial conocer detalles cada vez más pormenorizados de lo que hacen los lectores. Si antes sabían cuáles eran los libros más vendidos, ahora, por ejemplo, determinan en qué parte de un libro los lectores dejaron de tener interés y lo abandonaron.
Uno de los que abiertamente está usando la información de los usuarios es Barnes & Noble, que tiene cerca de 30% del mercado de los e - books con su lector Nook.
En una nota publicada por The Wall Street Journal, Jim Hilt, vicepresidente de la compañía, dijo que están comenzando a compartir dicha información con las casas editoriales para crear libros que mantengan mejor la atención de la gente.
Uno de los ejemplos más claros es el que precisamente hizo Barnes & Noble, que descubrió que los compradores de libros de "no ficción" los leen en forma intermitente, mientras que las novelas son leídas de corrido. Y que los libros de "no ficción" -sobre todo los más largos- se abandonan con facilidad.
Tomando en cuenta la estadística, decidieron lanzar "Nook Snaps", textos cortos sobre temas que van desde la pérdida de peso, la religión o el actual movimiento "Toma Wall Street".
En Chile, recién se están popularizando los libros electrónicos, por lo que esta discusión aún parece lejana.
Francisco Ortega, escritor, además de editor de "no ficción" de la editorial Aguilar, dice que dicha información la usarán más las casas editoriales que los escritores. "Las editoriales pueden saber qué tipos de historias gustan más a los jóvenes, los editores incluso pueden conocer cuál es el estilo más popular al saber qué frases son las que más subrayan".
Ortega cree que esto no va a repercutir en la calidad de la literatura. "Esto se va a dar más para los llamados 'libros de supermercado', cuyo objetivo es ser éxitos de venta. La 'alta literatura' seguirá existiendo, independiente de este tipo de análisis".
El escritor señala que ve una oportunidad para el cuento. "Así como las canciones se están vendiendo en forma individual, las casas editoriales pueden comenzar a vender cuentos sueltos, un género que es poco publicado en el país", aclara.
Fuente: El Mercurio